15.7.06
La costumbre renacentista de representar a mujeres con lujosos y adornados sombreros, los cuales ocultaban el lascivo cabello de las damas, es renovada por Julia Kissina.
En este oportunidad, en lugar de tela, encontramos tejido muscular, trozos de carne dispuestos que también hacen de cabello. A pesar de sus nuevos atuendos, las mujeres no aparentan asco, sino que, con mirada fija y abstraída, reflejan serenidad.
Esta operación de recontexto también se realiza en la serie Wolken (1996-1997), donde la carne asume un discurso más combativo, y en la serie Feinschmecker und Raubtiere (1996), en la que carne molida, producto muerto y manufacturado, es revivido en un nuevo orden de cosas







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