Este nuevo título del profesor José Rafael Lovera, contenido en la Serie Historia de la Bigotteca, pretende reconstruir y fomentar el estudio sistemático del acervo gastronómico nacional
La primera edición fue publicada en 1989 por el Centro de Estudios Gastronómicos (CEGA) fundado por el autor
La obra ya se encuentra en las librerías y tiene un costo promocional de 50.000 bolívares.
No es difícil cargar el alimento como pesado es cargar el hambre, señala una de las páginas de esta nueva aventura editorial del profesor José Rafael Lovera, quien no conforme con poseer títulos en Derecho e Historia, con esta reedición se laurea como Gastronáutica.
¿Y qué es un gastronáutica? Suele ser la primera interrogante al conocer el título de la nueva obra de la Bigotteca. Un gastronáutica es el miembro del club de gastrónomos exploradores -del cual Lovera forma parte- y quienes desde los años 60 se reunieron para investigar en los anales de nuestra historia alimenticia. Con este título José Rafael Lovera promete volver a cada lector un gastronáutica profesional.
Esta nueva publicación que se incorpora a la serie que vio nacer a La Criolla Principal y El Último Marques, agrupa las historias que construyen la Historia. Esta vez son los ensayos y conferencias escritos por el fundador de la Academia Venezolana de Gastronomía sobre los placeres de la mesa.
El menú de Gastronáuticas se encuentra dividido en tres partes. Las crónicas relacionadas con la podredumbre, la antropofagia, los orígenes del oficio del cocinero (que a juicio del autor es el más antiguo), así como los usos de las carnes de iguana, manatí y chiguire. La gastronomía patriota, la historia vinícola de Venezuela y la faceta gastronómica del Libertador forman parte también de este aperitivo.
El plato principal de la aventura, lo conforman pequeñas biografías en las que el autor descubre el placer que tenían por el alimento algunos personajes como Leonardo Da Vinci, Nostradamus y Sor Juana Inés de la Cruz, quienes fueron cuidadosamente hallados, luego de explorar y seleccionar en fuentes que datan del siglo XV y llegan al siglo XIX. En esta parte Lovera juguetea con el lector, a quien no revela los nombres de sus personajes sino hasta el final del perfil. ¿Sabía usted por ejemplo que Alejandro Dumás preparaba un potaje de tomates y cola de Gambas?
Un puñado de conferencias gastronómicas en las que el autor se pasea por Grecia y Roma, aborda el mundo gastronómico de Mozart y Toulose Lautrec, redescubre las maravillas de la cocina guayanesa y enfrenta el tema alimenticio en la Independencia, se constituyen en el postre perfecto para saciarse con dos placeres innegables: la comida y la lectura.